Nuestra alumna Irina Khramtsova nos cuenta como se está preparando Moscú para recibir el Año Nuevo
Irina Kramtsova es alumna de la Universidad Estatal Lingüística de Moscú y ha realizado una estancia académica en la UCA en el curso 2013/14
Irina Khramtsova, alumna de la Universidad Estatal Lingüística de Moscú que realizó una estancia en la Universidad de Cádiz el año pasado a través de AUHR, ha querido compartir con nosotros sus impresiones sobre el espíritu navideño en Rusia en forma de reportaje sobre los preparativos y el ambiente festivo que reinan en la capital rusa de cara a la celebración del Año Nuevo. Le damos las gracias a Irina por su interesante texto y las impresionantes fotos que comparte con nosotros:
“La Navidad no es una estación del año, es un sentimiento” (Edna Ferber).
…Cada año, con la llegada de diciembre, en la vida de cada persona surge un sentimiento de alegría y fiesta. En vísperas de la Navidad y el Año Nuevo, siempre dan ganas de creer que los milagros existen y que los deseos se van a hacer realidad, compartir sonrisas y hacer regalos, alegrarles la vida a tus seres queridos. No tiene precio ver los ojos de un niño a la espera de un milagro, ya que para los niños es un tiempo especial.
Día tras día, arrancando las hojas del calendario, nos acercamos más y más al Año Nuevo, sumergiéndonos en el ambiente navideño y su magia. Este año, Moscú está más bonita que nunca, parece que se han empeñado en decorarla para algo especial. Se siente la llegada de la fiesta en todas partes.
Por primera vez en el marco del festival “El viaje a la Navidad”, se ha diseñado un itinerario especial para los que deseen sumergirse en el mundo de los cuentos populares universales y conocer sus personajes favoritos. Así, en el corazón de la capital rusa, se puede encontrar a los protagonistas de “Los doce meses”, “Morozko” o “Pinocchio”, dar un paseo por el bosque de los espejos encantados, dar una vuelta con Alicia en persona, sentados en una auténtica carroza y mucho más. Que nadie se pierda “El reino de los espejos cóncavos” y el gato letrado de Aleksandr S. Pushkin, de quien puede contemplarse una estatua de hielo especialmente diseñada para estas fiestas.
Un encanto especial dan a las fiestas los mercados navideños, ya que no son solamente unos puestos con dulces, golosinas y decoraciones, sino que son auténticas representaciones de la cultura nacional rusa, con matrioshkas, calcetines de lana, manoplas de invierno, shapka-ushanka (un gorro con orejeras flexibles), lápot (zueco de corteza de tilo), kokoshnik (antiguo tocado de las mujeres rusas), artículos de madera natural, joyería y pañuelos hechos a mano por las artesanas rusas. En otras palabras, todo lo que se suele asociar con la rica cultura rusa (además de los osos y las bebidas fuertes :)).
Por las tardes, el centro de la ciudad cobra una vida de especial. Ya que con la llegada de la oscuridad, comienza la magia principal. Se enciende el alumbrado por todas partes, las luces decorativas brillan con todos los colores del arcoíris, todo el mundo sale a la calle: los padres con sus hijos, la gente mayor, los jóvenes. Las fiestas no tienen edad, todos por igual creen en la magia de la Navidad y esperan milagros…La capital rusa también está encantada de albergar a todos los amantes de una vida más tranquila durante el día, cuando se puede disfrutar del ambiente festivo sin prisas, comprando regalos, dando paseos por parques, jardines, centros comerciales…Incluso por el día la ciudad mantiene su encanto.
Aparte de los mercados y los alumbrados navideños que adornan los escaparates de las tiendas, las calles y las ventanas de las casas, Moscú también ha pensado en las diversiones: pistas de hielo, ciudades de juegos infantiles, talleres de arte, conciertos al aire libre y mucho más, lo que produce un ambiente festivo y alegra el ánimo de los moscovitas y de todo aquel que visite la capital.
Y es que “a Navidad no es una estación del año, es un sentimiento” y “lo más importante no es abrir los regalos, sino abrir los corazones”.