Política de Cookies

El sitio web de la Universidad de Cádiz utiliza cookies propias y de terceros para realizar análisis de uso y medición del tráfico, así como permitir el correcto funcionamiento en redes sociales, y de este modo poder mejorar su experiencia de navegación.

Si desea configurar las cookies, pulse el botón Personalizar Cookies. También puede acceder a la configuración de cookies en cualquier momento desde el enlace correspondiente en el pie de página.

Para obtener más información sobre las cookies puede consultar la Política de cookies del sitio web de la Universidad de Cádiz.

Personalización de Cookies

El sitio web de la Universidad de Cádiz utiliza cookies propias y de terceros para realizar análisis de uso y medición del tráfico, así como permitir el correcto funcionamiento en redes sociales, y de este modo poder mejorar su experiencia de navegación.

Para obtener más información sobre las cookies puede consultar la Política de cookies del sitio web de la Universidad de Cádiz. También puede acceder a la configuración de cookies en cualquier momento desde el enlace correspondiente en el pie de página.

A continuación podrá configurar las cookies del sitio web según su finalidad:

  • Análisis estadístico

    En este sitio se utilizan cookies de terceros (Google Analytics) que permiten cuantificar el número de usuarios de forma anónima (nunca se obtendrán datos personales que permitan identificar al usuario) y así poder analizar la utilización que hacen los usuarios del nuestro servicio, a fin de mejorar la experiencia de navegación y ofrecer nuestros contenidos de manera óptima.

  • Redes sociales

    En este sitio web se utilizan cookies de terceros que permiten el correcto funcionamiento de algunas redes sociales (principalmente Youtube y Twitter) sin utilizar ningún dato personal del usuario.

La trenza como simbolo de la belleza eslava

Antiguamente la trenza se llevaba en muchos países, sobre todo en Egipto, pero hoy en día, la trenza se considera un peinado típico de la antigua Rus.

Los eslavos siempre consideraban la trenza como el peinado más cómodo y común, pero no solo por esta razón se convirtió en el peinado típico. En la época pagana, la gente pensaba que la trenza podía proteger de las maldiciones. Cuando se hacía la trenza, se pronunciaban palabras mágicas que podían atraer la suerte y el amor o proteger de los enemigos, como por ejemplo:

"Trenzo mi pelo y lo embrollo y así embrollo los malos pensamientos de mis enemigos, no podrán desanudar mi pelo y no me podrán maldecir ni ofender…"

Según las antiguas creencias eslavas, el pelo contiene toda la fuerza vital de una persona, y la trenza, la sabiduría y fuerza de una mujer. Para recuperar las fuerzas gastadas durante el día, pasaban el peine por el pelo 40 veces.

Al elegir novia, los novios se fijaban no solo su cara y figura, sino también en su trenza. Se creía que cuanto más gorda era la trenza, más sana era la chica.

El día de la boda, las amigas de la novia se reunían en su casa para llevar a cabo el rito de deshacerle la trenza. La novia lloraba despidiéndose de su vida de soltera. En vez de una trenza, las amigas de la novia le hacían dos trenzas y las fijaban alrededor de la cabeza. Este peinado se cubría con un povoinik ("????????"), una gorra pequeña que llevaban las mujeres casadas. Estas gorras cubrían todo el pelo para que los hombres desconocidos no lo pudieran ver. Una mujer casada podía quitarse esta gorra solo en su casa y en presencia de su marido. Quitarse la gorra en público y mostrar el pelo se consideraba una infamia.

Las chicas solteras se hacían trenzas con bandas arrasadas o nakosnik ("????????"), un trozo pequeño de corteza de abedul. Si la chica ponía dos bandas en la mitad de la trenza, significaba que estaba prometida con el consentimiento de sus padres. Las chicas jóvenes podían salir de casa sin cubrir el pelo, pero tenían que ponerse kokoshnik ("????????"), un tocado redondo.

Las chicas no podían llevar el pelo suelto. Según las creencias, llevar el pelo suelto significaba atraer la mala suerte. Las chicas podían soltarse el pelo cuando iban a la bania ("????") y durante un par de fiestas paganas.

Como la gente creía que con el pelo se podía maldecir a una persona, el pelo cortado nunca se tiraba a la basura, sino que se quemaba.

En cuanto a los peinados de los hombres, a diferencia de las mujeres, ellos podían llevar el pelo suelto. Durante la guerra, los hombres se rapaban la cabeza dejando solo un flequillo del que se hacían una larga trenza.

Creían que el dios Svarog los podía sacar vivos de la batalla, agarrándolos por la trenza.